Durante 2013; iniciamos un proyecto de
investigación orientado a conocer el nivel de la implantación del enfoque de Gestión por/para Resultados de Desarrollo (GPRD), en concreto, en las ONG de
Cooperación en Aragón (España) (Convocatoria
de ayuda a la investigación de la Cátedra de Cooperación para el Desarrollo,
Universidad de Zaragoza, 2012. BOA de 21 de noviembre de 2012). El proyecto era interesante pues se
trataba de conocer la adopción de nuevas metodologías de trabajo y gestión
dentro de instancias gubernamentales y no gubernamentales de
Aragón. Al equipo de investigación nos interesaba conocer el grado de motivación para su
utilización y las predisposiciones al uso o desuso, los cambios y
transformaciones organizacionales que han sido necesarias para adoptar dichas
metodologías y resultados obtenidos; percepciones sobre fortalezas,
oportunidades, inconvenientes y debilidades de dichos modelos. El financiador
sin embargo, tenía un mayor interés en generar indicadores de implementación.
La idea había sido sistematizar las
experiencias de implementación para contrastarlos con otros casos de España y/o
Europa, pero lo cierto es que encontramos un escaso nivel de implementación en
las instancias encuestadas en la primera etapa y un alto nivel de reticencia y
desconocimiento en la fase de obtención de datos cualitativos. En pocas
palabras lo que encontramos fue un contexto poco favorable para su
implementación dado a un nivel de desconocimiento práctico alto, reticencia por
parte de los actores de las organizaciones sociales a estos nuevas formas
instrumentales y a que se constituyeran en nuevas formas de controlar los
recursos de financiamiento público ya de por si escasos. El proceso y resultado
también generó debate dentro del grupo de investigación al discutir las implicaciones
de esos resultados: si la resistencia a dichos instrumentos implica la
resistencia a discursos dominantes, formatos hegemónicos, lineales,
parametrales, reduccionistas, qué otras opciones se están generando de manera alternativa para dar
seguimiento al proceso de un proyecto y el cumplimiento de los objetivos. En la
gestión por resultados (GpRD) se mezclan ideas de planificación, seguimiento,
evaluación, aprendizaje, retroalimentación, gestión de calidad, etc. que en
realidad provienen de modelos previos del mundo del “management”.
No estamos
hablando de una metodología nueva. La gestión basada en resultados ronda por el
mundo de la administración desde los 60’s (Drucker 1964)[i]
y del donde podemos identificar 4 supuestos base:
Supuesto 1: los proyectos y programas tienen mayores
posibilidades de éxito cuando los objetivos y el alcance de ambos son definidos
y clarificados adecuadamente.
Supuesto 2: Altos niveles de participación y
compromiso por parte de los interesados es crucial para el éxito del supuesto.
Supuesto 3. Una buena comunicación tiene como
resultado una movilización y una aceptación más fuerte de las partes
interesadas.
Supuesto 4. Los programas y proyectos que cuentan con
componentes fuertes de seguimiento y evaluación tienden a mantenerse
encauzados.
Si todo esto es para la consecución exitosa de los proyectos,
¿por qué la reticencia de las organizaciones? Quizás por las implicaciones de
la interpretación de estos supuestos. Se actúa con base en un meta-supuesto y
es que, los actores tienen el mismo nivel de intervención en el diseño de los
proyectos, cosa que raramente sucede.
Estas y otras preocupaciones fueron recogidas en el marco del estudio realizado que tuvo dos fases con técnicas de investigación mixtas: desde la revisión de documentación, recopilación y análisis de referencias en la literatura especializada en el ámbito internacional, nacional y autonómico hasta la realización de una encuesta exploratoria para identificar el grado de conocimiento y utilización de la metodología GpRD por parte de las ONGD aragonesas. En la segunda fase se trabajó con la Identificación de las actitudes y concepciones de la metodología GpRD a través del uso de técnicas cualitativas: entrevistas y talleres. De ahí derivó una primer propuesta de indicadores cotejados con los participantes. Los resultados sugieren que las ONGD aragonesas han evolucionado en un camino de mejora en aspectos de gestión interna y de proyectos, aunque están incipentes en la implementación de sistemas de gestión eficientes en relación a estrategias a largo plazo. Integrar
metodologías de gestión eficiente puede aportar mejores herramientas para
aumentar la calidad en la ejecución de sus proyectos, de cara a la obtención de
los resultados deseados, pero este proceso debe ser paulatino y sistemático
para que pueda realmente transformar positivamente la cultura de las
organizaciones y no, convertirse en un “discurso”, estructura dada o forma de condicionar
recursos de proyectos de desarrollo. El enfoque equilibrado será siempre
producto de una comunidad que reflexiona por qué hace lo que hace, para qué y
para quien...