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miércoles, 14 de abril de 2010

Política y Felicidad

La nueva ciencia de la felicidad se ha incorporado entre los temas de mayor relevancia actual en las ciencias sociales. No obstante, existe poca difusión hacia el público general acerca de proyectos de investigación en dicho tema; sus resultados, y las implicaciones prácticas para la gente en su vida cotidiana. Para ilustrar el punto, citamos el caso del V encuentro mundial sobre la Felicidad Nacional Bruta, que tuvo lugar en Brasil del 20 al 23 de Noviembre de 2009. Con ligeras variaciones, las versiones electrónicas de algunos de los principales periódicos nacionales de los países latinoamericanos desde donde más se ha visitado Meta:réflex (México, Venezuela, Colombia, Guatemala y Argentina) incluyeron una nota informativa del evento bajo el título “Felicidad Interna Bruta. La nota da a conocer que se llevaría a cabo el evento, pero sin mencionar los temas específicos que se abordaron en los cuatro encuentros previos, ni los que se tratarían en este último. La cobertura periodística parece no haber dado seguimiento a esa nota; por ejemplo, con síntesis de las ponencias y conclusiones generales. Pienso que ese vacío de información corresponde a los científicos sociales y no tanto a los periodistas.

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La ausencia de información impide a la gente conocer la relevancia del tema y por tanto, obstaculiza su inclusión estratégica en procesos deliberativos y reduce la discusión de medidas específicas que los gobiernos en turno y candidatos de procesos electorales pueden promover e implementar. La discusión por ahora se concentra en cuestiones importantes, pero sin incluir algunos aspectos del bienestar humano que son tan fundamentales como el crecimiento económico y la estabilidad política, conforme a lo mostrado por la investigación en felicidad durante los últimos cinco años.

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Derek Bok publicó en febrero de 2010 el libro “The Politics of Happiness: What Government Can Learn from the New Research on Well-Being” (La Política de la Felicidad: Lo que el gobierno puede aprender de la nueva investigación del bienestar). La obra la mencionamos aquí porque contribuye a la difusión del tema entre el público general y porque es muy probable que tenga influencia a nivel internacional. Aunque el libro se dirige en particular al público de los Estados Unidos, su contenido es de relevancia en cualquier otra sociedad contemporánea. Bok inicia examinando el conocimiento generado por lo más reciente de la investigación sobre felicidad. Dado que algunos de los hallazgos reportados sugieren la necesidad de revisar y modificar tanto principios como objetivos de política pública, Bok plantea que antes de adoptar los cambios que se derivan de la nueva ciencia de la felicidad, es recomendable investigar y reflexionar las siguientes cuestiones: (i) ¿Qué es, con exactitud, lo que ha descubierto la nueva ciencia de la felicidad? (ii) ¿Qué grado de validez y confiabilidad tienen esos hallazgos? ¿Cómo se han hecho las correspondientes mediciones y cómo sabemos que se trata de mediciones precisas? (iii) Asumiendo que se cuenta con metodologías confiables para medir la felicidad de una población con exactitud y para identificar los factores y condiciones de vida que influyen en la felicidad ¿deben los responsables de política pública y legisladores guiarse por tales hallazgos, incluso cuando los objetivos resultantes sean contrarios a aquello que la mayoría de los ciudadanos votantes ‘piensan’ que es lo que quieren? (iv) ¿Es la felicidad un asunto estrictamente privado, individual e intangible o, por el contrario, resulta factible considerarla como una meta que, oficialmente, puede y debe perseguir la sociedad de cada país? Y, suponiendo que se trate de una meta viable ¿debe ser ella el ‘único’ principio rector de la política pública o hay otros objetivos que los líderes políticos deben perseguir? Finalmente, si los legisladores deciden profundizar en el conocimiento que está emergiendo acerca de la felicidad ¿qué cambios en la política pública debemos esperar como resultado?

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Coincidiendo con el llamado de Bok a la reflexión informada, desde Nueva Zelanda Grant Duncan se plantea también el cuestionamiento de si los gobiernos están obligados a responder al principio de maximizar la felicidad de su población. Tras observar que los hallazgos científicos difícilmente pueden traducirse en acciones concretas de política pública de modo directo e inmediato, el investigador neozelandés concluye que no es obligación de los gobiernos maximizar la felicidad de su población (Duncan, 2010:177).

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El factor político se incluye entre las líneas de investigación que examinan el tema de la felicidad. Esta última está presente en el debate político actual en el Reino Unido y Francia. El factor felicidad se verá cada vez más presente en las campañas políticas en el mundo; pienso que esto es, por una parte, debido a su propia trascendencia y, por otra parte, porque las sociedades contemporáneas viven influidas de manera cotidiana por información derivada de procesos electorales que ocurren localmente y en otros países.

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Los investigadores que exploran la vinculación entre política y felicidad han venido reportando una relación significativa entre el grado de felicidad de las personas y su orientación política. Un punto de referencia ha sido la ideología ‘conservadora’ y la ‘liberal’. Los estudios a que nos referimos se basan en métodos estadísticos y encuestas realizadas para examinar el caso de los Estados Unidos o para comparar diversos países entre sí. Las investigaciones parecen coincidir en que la ideología conservadora se encuentra mayormente asociada a indicadores de felicidad frente a la ideología liberal. Estos resultados son contrarios a los de previos estudios realizados en la segunda mitad del siglo XX. Con el propósito de contribuir a esclarecer el por qué de esa aparente contradicción de conclusiones, un estudio reciente, basándose en una muestra de estudiantes de una universidad canadiense, encontró que tanto la ideología conservadora como la liberal facilitan la felicidad, pero lo hacen por diferentes rutas. Esto es porque, de acuerdo al trabajo empírico, la ideología liberal propicia mayores aspectos emocionales positivos, en tanto que la conservadora tiende a disminuir factores emocionales negativos (Choma, et al., 2008:505). En Meta:réflex deseamos resaltar, como puntos fundamentales (i) la existencia de discusión del tema y (ii) el proceso evolutivo en el perfeccionamiento de indicadores para medir los aspectos intangibles que se piensan relevantes.

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En una actitud proactiva, Bok propone incorporar en los programas de enseñanza elementos derivados del conocimiento científico acerca de la felicidad; esto con el propósito de facilitar que las personas aprecien los factores y condiciones que, en lo individual, les produce el tipo de bienestar al que se refiere la nueva ciencia de la felicidad. Hay quienes opinan que dicha sugerencia es inapropiada (Wolfe, 2010); sin embargo, pienso que la propuesta es promisoria. No se trata de adoctrinar a las personas informándoles la receta universal para la felicidad, según la interpretación del maestro en turno; sino de involucrar sistemáticamente a la gente en la deliberación del conocimiento en la materia y sus implicaciones prácticas. En este sentido, Meta:reflex destaca la responsabilidad social de la comunidad de investigadores, materializada en difusión y actualización constante, dirigida al público general acerca de los hallazgos; incertidumbres, y nuevas líneas de investigación a seguir. Parece prioritario generar dinámicas sociales que incentiven a las sociedades contemporáneas a pronunciarse acerca de si desean incorporar el tema de "la felicidad" a la agenda de los partidos políticos y por lo tanto de sus gobiernos. En este sentido, Meta:reflex se mantiene activo en la tarea de difundir entre nuestros colegas latinoamericanos información y reflexiones de relevancia en las ciencias sociales contemporáneas.

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Dr. Oscar Alvarez-Macotela

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Referencias citadas en esta contribución

  • Bok, Derek (2010). The Politics of Happiness: What Government Can Learn from the New Research on Well-Being, Princeton University Press.
  • Choma, Becky L., M. A. Busseri, y S. Sadava. (2009). “Liberal and conservative political ideologies: Different routes to happiness?” Journal of Research in Personality 43(3): 502-505.
  • Duncan, Grant (2010). “Should Happiness-Maximization be the Goal of Government?” Journal of Happiness Studies 11(2): 163-178.
  • Wolfe, A. (2010). “The Politics of Happiness: What Government Can Learn From the New Research on Well-Being” New York Times Book Review: 16-16.