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jueves, 18 de marzo de 2010

Comunidades emergentes de conocimiento local. Notas de un proyecto en proceso.

Como planteamiento de esta segunda época de META:REFLEX, esta entrada al blog comparte la experiencia de un proyecto de investigación en proceso en el que participamos. Esto con el fin de poner en contexto posteriores reflexiones metodológicas. La primera parte de esta participación pone en contexto el proyecto de investigación y sus planteamientos teóricos. En la segunda parte, comparto la experiencia de investigación que estamos desarrollando en el contexto del altiplano potosino con un grupo de investigación interdisciplinario.
Recién llegada a México a finales del 2008, tuve la oportunidad de ser invitada a un proyecto en desarrollo titulado “Cibercultur@ y Comunidades emergentes de conocimiento local”, coordinado por el LabCOMplex del Centro de Investigaciones en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM y El Colegio de San Luis (1). El proyecto se encontraba en el momento de integrar un equipo interdisciplinario de investigación local que fungiera de enlace con el sitio seleccionado para el trabajo de campo, en este caso, el municipio de Charcas en San Luis Potosí. Aunque el proyecto no hacía una referencia explícita a mi área de especialización (estudios del desarrollo), mostraba elementos innovadores para investigar la relación conocimiento-entorno-tecnología que me parecieron, precisamente, una ausencia sensible en los estudios de comunidades rurales. La propuesta del proyecto y la interacción directa con un grupo de investigación emergente, me parecieron las condiciones ideales para contribuir al tiempo en un proyecto, al tiempo que profundizaba en los elementos teóricos que constituían el eje de la propuesta de investigación: el concepto de Cibercultur@ y su propuesta metodológica aplicada en comunidades emergentes de conocimiento local (CEC-L).

PLANTEAMIENTOS INICIALES 
La propuesta de investigación se ubicaba en el actual debate sobre la “brecha digital” (Schiller 1996, Wresh 1996; Mehra et al., 2004); que refiere a las diferencias socioeconómicas entre aquellos que acceden a las tecnologías de información y comunicación (también llamadas TICs) y los que no; postulados que se analizan críticamente por quienes consideran que las TICs no son el único ingrediente necesario para crear un entorno favorable a la reducción de desigualdades sociales (Crovi 2004; Islas y Gutierrez, 2004). Desde la perspectiva de los proponentes de la Cibercultur@ (Gonzalez, Amozourrutia y Maass 2007) la emergencia de nuevas tecnologías, difusión del acceso a Internet e implante de aulas de cómputo en áreas rurales no ha mostrado una reducción significativa en la brecha asimétrica que divide las sociedades a escala mundial de las que han sido histórica y sistemáticamente excluidas. Para ellos, no se trata de instrumentar tecnologías digitales que “conecten” nuevos usuarios a la red mundial desde cualquier rincón del país, sino poner al centro las necesidades de información y comunicación locales que ayuden a resolver problemas prácticos de las comunidades donde se inserten. Así, del proceso de investigación reflexiva en torno a usos sociales de la tecnología se originó una agenda de investigación que hoy se concreta en el desarrollo de y la investigación sobre Cibercultur@.

RAICES DE UN ÁRBOL DE BÚSQUEDA 
Cibercultur@ es un neologismo que entrelaza tres raíces etimológicas para constituir un concepto en construcción. Por una parte, kiber (ciber) proviene del término griego Κυβερνήτης (kybernetes) que refiere a navegación o más específicamente “el arte de pilotear una nave” (2). Esta direccionalidad se aplica a la etimología de cultura del latin cultus o colere que refiere al cuidado y posteriormente “cultivo” del campo y posteriormente otras facultades sociales (Cuche, 1999). Finalmente, el símbolo “@” diferencia la palabra “cibercultura” del neologismo propuesto, haciendo uso de la arroba como una metáfora de espiral abierto o bucle de retroalimentación positiva (Gonzalez, 2008:65).

De acuerdo con la propuesta de investigación el planteamiento teórico-metodológico de la Cibercultur@ requiere en primer lugar, asumir la tecnología no solamente como artefactos de acceso a información sino como un vector social-histórico complejo. Esto de entrada implica reconocer que la adopción, imposición o rechazo tecnológico lleva a posiciones sociales asimétricas y desniveladas dentro de la estructura del espacio social mundial. Propone además conceptualizar a los actores sociales como sujetos –y no solo objetos- de conocimiento o estudio, y finalmente promueve la generación de conocimiento local a través de comunidades emergentes de conocimiento local (CEC-L) que posteriormente se ubiquen en redes de comunidades potenciadas por el manejo de tecnologías de comunicación (González y Mass 2009).

Con esta posición concreta y explicita del quehacer de la investigación, se analizan las acciones colectivas en torno a la producción de información a través de procesos de comunicación en torno al desarrollo de conocimiento. Con diferentes gradientes y densidades, el proceso de investigación profundiza en cada una de estas dimensiones para entender en primer lugar, cómo las dinámicas culturales actuales están constituidas en torno a la triada de información-comunicación-conocimiento y como estos elementos determinan las ecologías simbólicas de grupos sociales concretos. Por ello, quienes participamos el proyecto coincidimos en que

          "…la inversión para conocer y desarrollar cibercultur@ puede convertirse en una efectiva   forma de empoderamiento para conquistar grados de autodeterminación en medio de las desiguales condiciones socio históricas, que convergen en las muy perceptibles y enormes distancias que separan las sociedades de su capacidad para movilizar de manera auto determinante la energía social" (González, 2007:30, 31).

El planteamiento requiere una contraparte de constatación empírica en procesos sociales concretos. Por ello, LabCOMplex trabaja en un proyecto de investigación-acción participativa poniendo en práctica -y a prueba- este constructo teórico y tecnológico (3) en diferentes casos de estudio. Lo que se busca es identificar qué cambia cuando se promueve conectividad a través de cibercultu@ y lo que pensamos es que se pueden ser al menos dos tipos de cambio: cambios cognoscitivos relacionados a los proceso de aprendizaje colectivos y cambios en los modos de organización social básica para generar este proceso cognoscitivo (Gonzalez 2008: 69, 70) que puede derivar posteriormente, en propuestas de desarrollo social comunitario.

COMUNIDAD EMERGENTE DE CONOCIMIENTO LOCAL (CEC-L): EL CASO DE CHARCAS, S.L.P.
Es inusual que uno como investigador, inicie un proyecto sin tener definido su objeto de estudio y sin un cronograma especifico de las etapas y objetivos a cubrir. Para mi, una primera diferencia en este proyecto es que en la primera etapa acordamos iniciar sin “aprioris” de los problemas a analizar. Esto porque no se trataba de ir a comprobar supuestos previamente definidos de los problemas de una comunidad que no conocemos, sino partir de una visión del entorno para definir problemas a investigar desde la visión local. Por ello la investigación-acción participativa fue nuestro método general para acercarnos al sitio de campo elegido y promover la conformación de una contraparte local que fungiera no solo como objetos de estudio sino como co-productores de conocimiento. En eso se sustenta la propuesta de comunidades emergentes de conocimiento local (CEC-L), una colectividad organizada en torno a la generación de conocimiento propio.

La primera parte de investigación fue una etapa exploratoria con una estructura abierta para generar las condiciones para conformar una CEC-L en la ciudad de Charcas, San Luis Potosí; basada en una participación voluntaria, constante y consistente de miembros de la comunidad local. Para promoverla, durante 2009 hubo visitas regulares al municipio de Charcas con el fin de realizar diferentes tipos de acercamientos con personas de la localidad como: encuentros en la preparatoria para conocer la perspectiva de los jóvenes, encuentros con docentes, actores de diferentes sectores productivos (comercio, trabajadores de la mina y miembros de cooperativas de producción rural); miembros de diferentes instituciones sociales, órganos de gobierno local, servicios de salud, espacios recreativos y educativos. Con la ayuda de diferentes actores locales, hemos podido visitar comunidades rurales del municipio para tener un panorama de conjunto de la dinámica social; lo que nos permitió no sólo familiarizarnos con la diversidad cultural de ese entorno específico sino también establecer una relación positiva con los actores locales que van convirtiéndose en esa comunidad emergente en busca de conocimiento especifico de su entorno. El trabajo en conjunto durante 2009 permitió la definición teórico conceptual del tema objeto de conocimiento gracias a la interacción de ambos grupos quedando enfocado al concepto de representaciones sociales en relación a conocimiento y uso de biodiversidad, historia local y procesos socioculturales. Estas líneas de investigación actualmente están siendo evaluadas y constituyen la segunda etapa del proyecto en campo que se realizará durante 2010 junto con la CEC-L de Charcas, hoy auto-denominada "La Otra Mina".

En la puesta en marcha de una CEC-L nos vamos dando cuenta que para su perdurabilidad se requiere algo más que estimulación. Se requiere también que el propio grupo vaya mostrando consistencia a partir del desarrollo de conocimiento local, en productos concretos que muestren su avance en el proceso de conocimiento. Esto implica el acercamiento y la apropiación creativa de proceso de investigación, los instrumentos tecnológicos que facilitan su registro y la reflexión y la comunicación de ese conocimiento. En otras palabras, “habilidades transmisibles que nos permitan operar diestramente con las tecnologías al alcance frente a necesidades de información, para generar y valorar el conocimiento y para coordinar acciones de comunicación que permitan … retejer nuestros añejos y desbalanceados vínculos sociales” (González 2008: 36). En el ejercicio de esa construcción, análisis y difusión del conocimiento propio nuestra pregunta central es ¿Qué pasa durante el proceso? Por ello, una segunda sistematización o “reflexión de segundo orden” es realizada por un grupo de investigadores que acompañamos el proceso analizando en conjunto y desde diferentes perspectivas disciplinarias el proceso de construcción de conocimiento colectivo.

TRASCENDER BABEL: EL EJERCICIO DE INVESTIGACIÖN INTERDISCIPLINARIA 
Asi como promovemos la conformación de una comunidad emergente de conocimiento local (CEC-L) necesitamos responder a nuestra contra parte local con el mismo grado de organización y consistencia requerida bajo la figura organizacional que llamamos comunidad emergente de investigación (CEI), integrada con miembros de diferentes disciplinas, grados académicos e instituciones que articula la dimensión teórico y metodológica de esta investigación-acción participativa.

No todo ha sido un suave tránsito en el proceso colectivo. En la fase exploratoria ha habido retos que nos han hecho evidente las limitaciones de grupos de investigación multi e inter disciplinarios en términos de lenguaje, entendimiento común y en estilos de trabajo individual y colectivo. Como comunidad de investigación, la participación y reflexión colectiva en eventos de formación teórica y metodológica permitieron identificar un lenguaje común a pesar de nuestra diversidad disciplinaria (5). Las sesiones de trabajo semanales, el trabajo en conjunto, han permitido las condiciones para la articulación de un grupo de investigadores que desean enfrentar de forma incluyente y reflexiva los retos de la investigación interdisciplinaria. Hay elementos que debemos considerar como “facilitadores” de nuestra dinámica grupal. El más evidente es, quizás, el uso de plataformas tecnológicas para educación a distancia (en nuestro caso la DEN)(6) que nos permiten la conectividad independientemente de nuestra ubicación física. Sin embargo no son solamente las nuevas tecnologías lo que nos permite una congregación, sino la disposición de construir un sustantivo plural en términos “nosotricos” (Lenkerstof, 2005) para generar conocimiento partiendo del principio de constituir una identidad colectiva con una fuerza de investigación sistemática, profesional y reflexiva.

El propio proceso de investigación va poniendo en evidencia nuestra incipiente cultura de información y de comunicación grupal que incide directamente en nuestra cultura de información en conjunto. Pero, en tanto el proceso es reflexivo, la retroalimentación es permanente y a esos retos buscamos responder con propuestas para organizarnos más y mejor entorno a nuestro proceso de investigación, es decir, para organizarnos más ciberculturalmente. Esto es también, parte del progreso en el experimento que iremos compartiendo en éste y otros espacios. Tal y como discutimos recientemente en un debate sobre mediciones de progreso (Rojas 2009), desde la propuesta conceptual del labCOMplex y quienes colaboramos en la creación de comunidades emergentes de conocimiento local, el progreso, tiene que ver no sólo con “avanzar” sino con el cambio en la forma en que nos coordinamos para “ir hacia delante” y en la forma en que definimos que es “adelante”. Por eso la propuesta central es “reflexionar los modos como los actores sociales se organizan para conocer su realidad y las posibilidades de potenciar esa organización a partir del manejo de sistemas de información y comunicación que promuevan un conocimiento local situado en relación con el mundo (Gonzalez, 2009: 50.)”

Notas
(1) Adscrito al Programa de Epistemología de las Ciencias y Sistemas de Información y Comunicación del CEIICH UNAM bajo el registro (PAPIIT-N-IN-307808-3).

(2)El término también es origen del concepto Cibernética referido como “el arte de la dirección”, origen de estudios especializados en teoría de sistemas, sistemas complejos, aprendizaje organizacional, investigación de operaciones, simulación e inteligencia artificial, entre otros objetos de estudio. Un concepto clave derivado de este desarrollo teórico es el concepto que comúnmente referimos como retroalimentación.

(3)Entendiendo Tecnología como conjunto de conocimientos, saberes o técnicas ordenados sistemáticamente que permiten construir objetos y máquinas para adaptar el medio y satisfacer las necesidades de las personas. Del griego τεχνολογία, (téchnē - τέχνη, arte, técnica u oficio y logía (λογία), el estudio de algo.

(4)La formación de sus miembros incluyen desde antropología, psicología, blibliotecología, ingeniería, sociología, sistemas computacionales, comunicación, ciencias ambientales, historia y educación, con diferentes niveles y grados académicos y adscripción institucional, que incluyen sector público y privado asi como algunos visitantes del extranjero.

(5)Por ejemplo, nuestra participación en el “IV Coloquio Internacional en Cibercultur@ y Comunidades Emergentes de Conocimiento Local: Discursos y Representaciones Sociales” y los siguientes talleres de metodología y diseño de la investigación.

(6)Distance education Network, http://www.dednet.org/


Referencias en este texto
Crovi, D. (2004). Sociedad de la información y el conocimiento. Entre lo falaz y lo posible. Buenos Aires: Crujía Ediciones.

González, J. (2007) Cibercultur@ como estrategia de comunicación compleja desde la periferia. Revista Científica de Información y comunicación de la Universidad de Sevilla. (4) 29-46. Universidad de Sevilla, Sevilla, España.

González, J. (2008) Digitalizados por decreto: cibercultur@ o inclusion forrzada en América Latina. Estudios sobre las Culturas Contemporáneas, junio, año XIV numero 027, Universidad de Colima, Colima, México.

Gonzalez, J. (2009) Cibercultur@ y “progreso”. Notas sobre la dimensión simbólica de la vida social. En Rojas, M. (coord) Midiendo el progreso de las sociedades. Reflexiones desde México. Foro consultivo científico y tecnológico. Octubre, 2009.

González, J., Amozurrutia, J., y Maass, M. (2007) Cibercultura e introducción a la investigación, México, UNAM, CONACULTA.

González, J. y Maass, M. (2009) “Investigación y desarrollo de comunidades emergentes de conocimiento local en México”. Proyecto PAPIIT-N-IN-307808-3, CEIICH, UNAM.

Islas, O. y Gutiérrez, F. (2004). "Sociedad de la información: ¿utopía o cárcel?." Revista Chasqui, No. 85.Schiller, H. I. (1996). Information inequety. Nueva York: Routledge.

Mehra, Bharat; Merkel, Cecelia; Bishop, Ann P. (2004), "The Internet for empowerment of minority and marginalized users", New Media and Society 6: 781–802.

Rojas, M. (coord) (2009) Midiendo el progreso de las sociedades. Reflexiones desde México. Foro consultivo científico y tecnológico. México. Octubre. http://www.midiendoelprogreso.org/


Wresh, W. (1996). Disconnected. Haves and have-nots in the information age. New Brunswick, Nueva Jersey: Rutgers University Press.


Dra. Patricia Almaguer Kalixto